jueves, 8 de octubre de 2015

COMANDOS DE BÚSQUEDA.

 Importancia de la lectura en los Procesos Cognitivos.

Universidad Autónoma de Chiapas.

 Facultad Humanidades  (Campus VI)

Alumno: Eduardo Gurgua Archila.

Lic. Landi Yesenia Ruiz Pérez.

Tema: Importancia de la Lectura en los Procesos Cognitivos.

Curso Preuniversitario.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas 8 de Octubre 2015.


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INTRODUCCIÓN.

El objetivo de este ensayo  es describir la importancia de la lectura en los procesos cognitivos. Para el aprendizaje de la lectura inicial, a partir de investigaciones recientes. Se considera como “etapa de lectura inicial” el período en el cual los niños toman conocimiento del lenguaje escrito e inician su aprendizaje. Este aprendizaje consta de varios estadios que se inician con una etapa prelectora, hasta llegar a una etapa de lectura y de escritura alfabético-comprensiva. Algunas investigaciones señalan que no todos los procesos cognitivos y psicolingüísticos que se desarrollan durante la etapa preescolar tienen igual incidencia para que los niños efectúen un buen aprendizaje del lenguaje escrito en los estadios siguientes, por lo cual este artículo se centra en aquellos que serían indispensables para el éxito en la lectura inicial.
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DESARROLLO.

 El aprendizaje de la lectura como proceso cognitivo.

Aprender a leer ha sido comparado a un parto intelectual. El conocimiento de la palabra escrita es el nacimiento cognitivo de los niños a una cultura letrada y escolar, en la cual la trasmisión cultural se hace principalmente mediante textos escritos. Nos habla que ellos constituyen un vehículo del pensamiento y del conocimiento entre las generaciones. El empleo de la metáfora comparativa de un parto para describir el aprendizaje de la lectura tiene su explicación. Al nacer no se parte de cero, sino que el parto es resultado de una gestación, en la cual han interactuado durante nueve meses determinantes biológicos, genéticos y estímulos ambientales. También del mismo modo, el aprendizaje de la lectura es la culminación de un proceso que se inicia años antes de ingresar al primero básico y el cual se produce, con mayor o con menor facilidad, según sean las condiciones en las cuales los niños abordan el lenguaje escrito. Siguiendo esta metáfora comparativa, así como hay niños que están mejor preparados que otros para sobrevivir en el parto, hay algunos que están mejor preparados para aprender a leer y a escribir, situación que no depende solamente de las clínicas o de los médicos, como tampoco del currículum o de los profesores. Nos habla que hay varias investigaciones que   muestran que hay un conjunto de procesos cognitivos intrínsecos al desarrollo, que emergen varios años antes de iniciarse el aprendizaje de la lectura y que son determinantes para su éxito. Todos ellos son procesos cognitivos que se empiezan a desarrollar previamente al abordaje de la lectura y que, en la medida en que son activados por su enseñanza, llegan a ser metacognitivos. Es decir, que el sujeto, junto con tomar conciencia de ellos, puede utilizarlos activamente para su propio aprendizaje. En su sentido más extenso, aprender a leer implica aprender a pensar de otra manera y este aprendizaje lleva consigo un desarrollo de la inteligencia verbal, aplicable al aprendizaje de otros conocimientos.

Esta evolución es necesaria para que alcancen una adecuada comprensión lectora. Su desarrollo, como en la metáfora mencionada, depende tanto de las condiciones nutritivas –culturales– del medio, como de las habilidades propias de los sujetos para efectuar acomodaciones mentales frente a los componentes del lenguaje escrito. De este modo, si las condiciones del medio son pobres en estímulos letrados, el desarrollo de esas habilidades puede debilitarse o desperdiciarse.

Para los Autores  Whitehurst y Lonigan, (1998) a desarrollado el concepto de “emergent literacy”, término inglés que aplican tanto al dominio que logran los niños de un conjunto de habilidades y destrezas necesarias para efectuar el aprendizaje de la lectura como al desarrollo mismo de la lectura inicial.  El término “literacy” no tiene una traducción equivalente en idioma castellano, y su significación –según el Diccionario– es “estado o condición de ser letrado”, lo cual permite aproximar este concepto al proceso de iniciarse en la alfabetización o en el lenguaje escrito. El término emergencia se refiere a un desarrollo cognitivo continuo, en el cual se configuran algunos procesos que sirven de fundamento para este aprendizaje. El trabajo de Whitehurst y Lonigan (1998) explicita que no hay una demarcación definida entre los procesos de prelectura y de lectura, ya que la lectura emerge y se configura por la interacción de destre-zas, conocimientos y actitudes que los niños desarrollan antes de abordar los textos, sea en el jardín infantil, sea en los primeros años básicos.

Los autores mencionados efectuaron una revisión de numerosas investigaciones que han buscado determinar los componentes de esta “literalidad emergente”, separándolos en dos conjuntos de destrezas y de procesos que emergen en interacción. Unos son los procesos determinantes que están fuera del proceso lector mismo, como es el lenguaje oral y los textos donde se aprende (procesos “outside-in”). El otro componente está formado por el desarrollo neuropsicológico cognitivo de las habilidades necesarias para decodificar las palabras (procesos “inside-out”). Entre ellas mencionan la conciencia fonológica, la conciencia sintáctica y el conocimiento de las letras.


Según Whitehurst y Lonigan (1998), algunas investigaciones en lectura inicial han estudiado la calidad de los textos para aprender a leer, pero no han investigado suficientemente la relación que hay entre los contenidos de los mismos textos con el desarrollo de los procesos cognitivos de los niños. Sin embargo, de su interacción depende el desempeño progresivo o regresivo del aprendizaje. Consideran que todavía no se conocen con bastante precisión todos los procesos cognitivos necesarios para el aprendizaje de la lectura, lo cual hace que el concepto de interacción entre ellos y el contenido de los textos se utilice para unir dos conjuntos de procesos que sólo se conocen parcialmente: los que provienen desde “fuera”, en los textos, y los que procesan desde “dentro” del sujeto. Desde la perspectiva del presente artículo he preferido emplear el término “lectura inicial”, ya que se limita a describir los procesos cognitivos y psicolingüísticos que los niños deberán emplear en su interacción con el lenguaje escrito para aprender a leer, dejando al margen las variables “externas” de los textos y métodos de ense- ñanza.


Etapas, fases y estrategias lectoras iniciales.

El Autor Frith (1986) describió un modelo en tres etapas del aprendizaje de la lectura, que ha tenido un amplio reconocimiento internacional y ha sido aplicado por diversos investigadores. Según su modelo, este aprendizaje se inicia con una etapa logográfica, de reconocimiento de significados de algunos signos visuales, a la cual sucede una etapa alfabética, con la toma de conciencia de que las palabras escritas están compuestas por fonemas, los que siguen una secuencia determinada por el lenguaje oral, para culminar en una etapa ortográfica, donde se produce la retención y el reconocimiento de las palabras completas. Posteriormente se han sugerido algunas variaciones de este mismo modelo.
 Así Ehri (1999), prefiere evitar el término logográfico y habla de una fase prealfabética, donde los niños empiezan a reconocer las palabras por algunas características gráficas incompletas, como puede ser la letra inicial o la final, lo que les permite aventurar su pronunciación y significado. En seguida vendría una fase alfabética parcial, en la cual el reconocimiento se hace a partir del conocimiento de una mayor cantidad de signos o letras, a la que sigue una fase alfabética completa, donde puede reconocer palabras enteras, aunque no sea capaz de deletrearlas. Culmina con una etapa de consolidación alfabética, en la cual aprende a reconocer y decodificar palabras poco frecuentes y también pseudopalabras. Por su parte, Sawyer y Kim (2000) proponen una fase logográfica, dos fases alfabéticas, una temprana y otra tardía, y dos fases ortográ- ficas, una temprana y otra tardía.

Sin embargo, también los  Autores Alegría y Morais (1989) critican que se pueda hablar de etapas como procesos completos que se suceden durante el aprendizaje. Consideran que ellas representan distintas estrategias lectoras, que los niños modifican de manera progresiva, en la medida en que dominan algunos procesos, pero que pueden aplicarse alternativamente, según sea el grado de dificultad o de desconocimiento de las palabras que tienen que leer. También han sido denominados “períodos estratégicos” (Bravo, 1999).

Las investigaciones entre jardín infantil y primeros años.

Las investigaciones efectuadas sobre grupos de niños que transitan entre jardín infantil y primeros años básicos han podido determinar con cierto consenso algunas habilidades necesarias para tener éxito en el aprendizaje inicial de la lectura (Para una revisión: Bravo, 1999). Entre las habilidades determinantes para el éxito en el aprendizaje del lenguaje escrito está el desarrollo psicolingüístico de algunos procesos muy específicos, los que no tienen igual incidencia en el aprendizaje del lenguaje oral y que predicen desde el jardín infantil el rendimiento en lectura de algunos años más tarde. Entre ellas se encuentran la conciencia fonológica y la conciencia silábica, la memoria verbal de corto y de largo término, la velocidad para nombrar objetos y la asociación visual-semántica. Otras investigaciones muestran también que las habilidades para “categorizar sonidos”, es decir, poder reconocer semejanzas y diferencias en las rimas finales y en el inicio de las palabras, evaluadas en el jardín infantil, son buenos predictores de la lectura. En esas habilidades entran en juego procesos de abstracción de semejanzas, discriminación de diferencias y categorización de sonidos comunes, procesos metafonológicos que permiten operar sobre los fonemas escuchados (Bradley y Bryant 1983; Nation y Hulme, 1997). Otro proceso psicolingüístico predictivo es la velocidad para reconocer por su nombre letras presentadas visualmente, proceso que requiere tanto conocerlas como hacerlo rápidamente (O’Connor y Jenkins, 1999). El elemento clave de este proceso sería la velocidad para dar respuestas verbales, ya que también se ha encontrado que es predictiva de la lectura la nominación rápida de objetos y de números.


Tres estrategias cognitivas en el aprendizaje lector inicial.

 Desde un punto de vista de los procesos cognitivos involucrados para el abordaje formal de la lectura, los niños deben aprender a aplicar tres estrategias que son indispensables para introducirse en el lenguaje escrito. Cada una de ellas requiere el desarrollo previo y el empleo oportuno de habilidades diferenciadas. Estas estrategias tienen como objetivo el reconocimiento fonológico de las letras y sílabas, el reconocimiento visual-ortográfico de las palabras y el reconocimiento semántico de su significado. Las tres son sucesivamente convergentes y tienen como objetivo final que los signos gráficos percibidos visualmente sean comprendidos verbalmente.


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La primera Estrategia, es la aplicación de la estrategia lectora fonológica tiene como requisito haber tomado conciencia de que para decodificar las palabras escritas hay que transformar las letras en sonidos asociados con el propio lenguaje oral. Esta “conciencia fonológica” se operacionaliza en algunas habilidades que permiten procesar la información fonémica contenida en las palabras, lo que es indispensable para su bien se ha encontrado que es predictiva de la lectura la nominación rápida de objetos y de números.

La segunda Estrategia visual-ortográfica es un proceso diferente y más complejo que la percepción visual de las palabras. Ella sigue al reconocimiento fonológico, pues requiere que los niños reconozcan los signos gráficos pronunciables dentro de un contexto ortográfico. La retención visual-ortográfica de las palabras en la memoria no se hace independientemente de la discriminación de sus fonemas y sílabas, sino que, de acuerdo con Ehri (1998), es un reconocimiento visual que se efectúa por vía fonológica. El reconocimiento de una palabra en un texto, entre muchas otras, pasa porque los niños recuerden su pronunciación y, en lo posible, su significado. Sin embargo, este último punto es relativo, pues los niños pueden aprender a reconocer pseudopalabras o palabras en idioma extranjero, luego de verlas varias veces. Esta estrategia tiene por objetivo establecer un léxico visual-ortográfico que empieza a formarse con las palabras más frecuentes.

La Tercera Estrategia es, La estrategia semántica implica asociar la secuencia fonográfica con su significado. Sin significado no hay lectura, solamente decodificación, como sucede con los niños hiperléxicos. Para efectuar este proceso no basta con que se tenga conocimiento del vocabulario del texto, sino que es necesario establecer el acceso de las palabras y frases con la red semántica personal. Un problema que se ha investigado es la relación entre el establecimiento de la red semántica, el reconocimiento de las palabras y el contexto en el cual se encuentran. Si bien en la estrategia semántica juega un papel importante el contexto dentro del cual se busca el significado de las palabras, pues puede ser un facilitador de su significado, éste no sería suficiente. Hay investigaciones que muestran que recurrir al contexto favorece el reconocimiento de las palabras en los niños que son buenos lectores, pero que no sucede lo mismo en los que tienen dificultades para aprender a leer (Stanovich, 1986; Tunmer y Chapman, 1998). En otras palabras, mientras los niños no dominen el procesamiento fonológico y el visual-ortográfico de las palabras, no podrían suplir exitosamente estas deficiencias, recurriendo al contexto para reconocerlas. Sin embargo, no hay acuerdo en este punto, y Perfetti (1999) plantea una distinción entre emplear el contexto para identificar las palabras y hacerlo para interpretar su significado. Considera que los niños buenos lectores recurren al contexto para una mejor comprensión de las oraciones, en cambio algunos niños con retardo lector lo hacen para reconocer las palabras, cuando tienen dificultad en su decodificación.

En todo caso, el recurso a la estrategia semántica es un proceso facilitador intermedio, entre el reconocimiento fonológico y el establecimiento de una estrategia visual-ortográfica.

Para efectuar el procesamiento semántico nos habla que se requiere el desarrollo de procesos de abstracción verbal y de categorización verbal. El primero permite distinguir conceptualmente el significado de algunas palabras de otras que tienen significación cercana, dentro de una red de significados. De otra manera los niños confundirían el sentido exacto de las palabra leídas. Lo mismo vale para la discriminación entre fonemas de pronunciación cercana que deben ser previamente identificados y separados de otros semejantes. En segundo lugar, está el proceso de categorización verbal, mediante el cual los niños crean y amplían las redes semánticas, agrupando las palabras en diferentes categorías verbales que se relacionan entre sí. Ambos procesos, implícitos durante el aprendizaje de la lectura, también serían resultado de aprendizajes inconscientes, que los niños efectúan junto con el desarrollo del lenguaje oral. Van asimilando el significado y las categorías de los fonemas y de las palabras sin ser plenamente concientes de ello, y en la medida en que hayan desarrollado la habilidad para hacerlo, encuentran en ellos elementos facilitadores para avanzar en el aprendizaje. Una investigación comparativa entre niños con aprendizaje normal de la lectura y otros con retardo severo, pareados por CI verbal, mostró claras diferencias entre ellos en los procesos de abstracción y de categorización verbal (Bravo y col., 1986).
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Nos dice que una hipótesis razonable para explicar la relación entre el procesamiento fonológico, el visual-ortográfico y el semántico en el aprendizaje lector normal, es que estos procesos juegan un papel complementario, pero no siempre simultáneo. Se parte con el desarrollo de un umbral mínimo de conciencia fonológica, para luego poder ampliar su aplicación al texto mediante las estrategias visual-ortográficas y las semánticas, que se desarrollan durante el proceso de aprender a leer. Los niños que no han desarrollado un umbral mínimo de conciencia fonológica, el procesamiento visual-ortográfico y el semántico sufren una demora hasta que logran establecer estrategias lectoras compensatorias.

Para finalizar, los autores  Tunmer y Chapman (1998) mencionan que los niños deben efectuar ciertas operaciones metalingüísticas y ejecutivas en las cuales tienen un papel importante en la intencionalidad para relacionar las secuencias decodificadas con su significado y aprenden a hacerlo a partir de las palabras articuladas oralmente. En otros términos, además de las estrategias mencionadas, durante el aprendizaje se requiere la activación de un proceso integrador, que facilita la búsqueda de los significados y que los niños también aprenden a aplicar activamente durante el aprendizaje lector. Este es un proceso de autoconducción que se va desarrollando en la medida en que el reconocimiento fonológico y visual-ortográfico van teniendo éxito. Los niños con dificultades para aprender, en cambio, por los mismos obstáculos que van encontrando, no pueden establecerlo con facilidad.


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CONCLUSIÓN.

En mi conclusión, nos habla de que hay procesos cognitivos y psicolingüísticos, que se desarrollan durante los años preescolares, que son fundacionales para el éxito en el aprendizaje de la lectura. Es que si bien los procesos fundacionales de la lectura inicial son indisociables del desarrollo del lenguaje oral, ellos son específicos para el aprendizaje del lenguaje escrito y no basta solamente con que los niños tengan un ambiente letrado para que aprendan a leer. Este aprendizaje tiene una emergencia progresiva en interacción con las habilidades cognitivas de los niños. Las investigaciones de seguimiento desde el jardín infantil señalan que la clave de su aprendizaje inicial es el desarrollo de la conciencia fonológica, lo cual ha sido confirmado en estudios diferenciales entre niños de aprendizaje lector normal y niño con dificultades para aprender a leer.

Por otra parte, los estudios sobre las fases del aprendizaje lector también muestran que aprender a leer se produce siguiendo una secuencia de estrategias cognitivas para la decodificación y el reconocimiento de las palabras, a partir de algunos procesos cognitivos fundacionales. Esos procesos no constituyen una plataforma estática, que determinen por sí mismo el éxito en aprendizaje lector y que se puedan evaluar con algunas pruebas aplicadas a fines del Jardín Infantil o al iniciar el primer año, ya que varían y cambian su predictividad como consecuencia del mismo aprendizaje.

El aprendizaje lector inicial, a partir de un desarrollo adecuado de la conciencia fonológica, de la conciencia de lo impreso, de la velocidad para nominar y de la sintaxis oral permite a los niños ir aplicando distintas estrategias, las que están encaminadas al reconocimiento fonológico, el reconocimiento visual ortográfico y el reconocimiento semántico de las palabras y oraciones

La interacción entre los procesos cognitivos fundacionales, las estrategias lectoras y las metodologías de enseñanza de la lectura convergen en un proceso de “monitoreo cognitivo” que se expresa en la atención y memoria de los signos gráficos y en una búsqueda de significados. Este “monitoreo” cognitivo implica una intencionalidad de avanzar en la lectura y se manifiesta en un desarrollo metalingüístico progresivo. De otra manera el aprendizaje puede quedar en un proceso pasivo de decodificación simple y terminar en una lectura semialfabética.

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Referencia Bibliográfica.

Bravo. L. (2000). Los procesos cognitivos en el aprendizaje de la lectura inicial. Recuperado el 8 de octubre del 2015, de file:///C:/Users/DISTINGUIDO/Downloads/177-428-1-PB.pdf



Comentario:

El tipo de buscador que utilice para este ensayo de la ‘’Importancia de la Lectura en los Procesos Cognitivos’’ fue el buscador de GOOGLE ya que es la herramienta más práctica y sobre todo la más utilizada para sacar diferentes trabajos. Lo primero que hice fue dividir el tema en dos partes saber primero que son los procesos cognitivos y después investigar que tanto de importancia tiene el aprendizaje, a base de la información que recaude de dicho buscador antes mencionado fui leyendo  saque ideas, para luego hacer un análisis del tema y empecé a redactar el dicho ensayo de la ‘’Importancia de la Lectura en los Procesos Cognitivos’’ después de lo aprendido realice mi conclusión. 

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7 comentarios:

  1. compañero que bien tu información sigue así y desempeñándote en las actividad éxito y vamos por el primer semestre.

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  2. Si es cierto lo que dice el compañero esta muy bien tu información

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  3. ah barbaro, esta bien largo tu ensayo...pero muy completo...eso si (y)

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  4. hola buenas noche !!esta muy bien tu ensayo por que compartes ideas sobre la importancia de la lectura

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  5. muy bien amigo la verdad si que esta muy completa tu informacion

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